Las protestas continúan pese a que el gobierno peruano decretó el domingo una rebaja de los precios de los combustibles, al eximirlos de un impuesto de manera transitoria, y a que algunas organizaciones de transportistas informaron que abandonaban la protesta.
La eventual declaración del estado de emergencia tendría el objetivo de «contener disturbios y saqueos a nivel nacional», afirmó el ministro de Cultura, Alejandro Salas, según el diario limeño El Comercio.
Los bloqueos de rutas y los disturbios continuaban este lunes por la noche, pese a que el gobierno decretó el domingo una rebaja de los precios de los combustibles, al eximirlos de un impuesto de manera transitoria, y a que algunas organizaciones de transportistas informaron que abandonaban la protesta, según la agencia de noticias Andina y el diario La República.
Un paro parcial de transportistas y choferes de carga y de pasajeros, iniciado la semana pasada y agudizado este lunes, generó el bloqueo de varias rutas, la suspensión de clases y la muerte de un hombre que era trasladado en una ambulancia que fue interceptada por uno de los cortes.
La medida de fuerza, en protesta por los precios del combustible y los peajes, es la primera de peso contra el gobierno del presidente Pedro Castillo, que en ocho meses de gestión ya sorteó en el Congreso dos pedidos de destitución.
Las protestas golpearon a Lima y otras regiones del país y causaron la suspensión, este lunes y el martes, de las clases en las escuelas y algunas universidades por la restricción del transporte público.
«El tránsito permanece restringido en las diferentes carreteras del país, debido al paro de transportistas de carga pesada», informó la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran).
En el distrito de Ate, en el este de Lima, la policía lanzó gases lacrimógenos a manifestantes que con neumáticos encendidos y piedras impedían la circulación en la Carretera Central, que conecta la capital peruana con la sierra andina central.
Hasta esa zona llegó el ministro de Defensa, Francisco Gavidia, a conversar con los manifestantes para intentar que depusieran la protesta.
Un hombre murió en una ambulancia cuando era llevado de urgencia y vio su paso impedido por un piquete en el norte de la región de Lima, informó el gobernador regional de Lima, Ricardo Chavarría.
Otras cuatro personas murieron en coincidencia con la protesta, no directamente por ella sino por derivaciones: tres en un accidente y un menor que cayó a un río, según La República.
La Unión de Gremios de Transporte Multimodal de Perú protesta contra la suba en el precio de los combustibles y los peajes, en medio de un aumento generalizado en el valor de los alimentos.
En Ate varios vehículos sufrieron la rotura de ventanas, al ser atacados con piedras, informaron medios locales, y en las regiones de Ica y Junín hubo saqueos en comercios y farmacias, según imágenes difundidas por televisoras locales.
En Ica, además, prendieron fuego algunas garitas de peaje sobre la ruta Panamericana.
En un intento de apaciguar los reclamos, el Gobierno eliminó transitoriamente un impuesto a los combustibles, pero no todas las estaciones de servicio aplicaron la baja.
Castillo, que lleva ocho meses en el gobierno, también decretó un aumento del 10% en el sueldo mínimo, que subirá a 1.025 soles (uno 275 dólares) a partir del 1 de mayo.
La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), la principal central sindical del país, rechazó el porcentaje de aumento por insuficiente y llamó a sus afiliados a marchar el jueves.
Estas protestas son las primeras de amplitud contra Castillo y ocurren una semana después de que superó en el Congreso la segunda moción de destitución impulsada por la oposición.
El domingo, el ministro de Transportes y Comunicaciones, Nicolás Bustamante, pidió a todos los directores y viceministros de su sector “poner a disposición su cargo” para atender las problemáticas del sector.
Y la cartera de Trabajo pidió a los empleadores que adopten “medidas acorde a la situación” y dispuso un plazo de tolerancia de dos horas compensables por las llegadas tardes a los respectivos lugares de empleo.
