El móvil de Brenda Uliarte fue abierto ayer por la PSA y el análisis de los datos reveló puntos incriminadores para la joven que será indagada hoy por la jueza María Eugenia Capuchetti.
En el día de ayer, técnicos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) accedieron al teléfono celular de Brenda Elizabeth Uliarte, la novia de Fernando Sabag Montiel, el acusado de intentar matar de un disparo en la cara a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El aparato le fue incautado cuando la PFA la arrestó el domingo en la estación Palermo del tren San Martín. Ya le habían intervenido la línea para una serie de escuchas telefónicas en directo: la señal de su celular fue clave para la geolocalización que permitió encontrarla y detenerla.
“El aparato tiró muchísimo”, dice una alta fuente involucrada en el expediente a este medio: “el análisis del material descargado, hasta el momento indica que tendría un rol clave en el hecho, para nada pasivo. No es una ovejita”.
El análisis de los elementos encontrados en el teléfono de Uliarte no había sido completado al cierre de esta nota. Sin embargo, el material preliminar llamó poderosamente la atención de los investigadores.
Las sospechas estuvieron sobre la pareja de Sabag Montiel desde el comienzo de la investigación. Fue evidente desde el comienzo que Brenda Uliarte mentía. El viernes, durante un reportaje concedido a Telefé Noticias, aseguró que se enteró mirando la televisión de que su novio había intentado matar a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Sin embargo, los investigadores determinaron que la joven no sólo estuvo en el lugar de los hechos en el momento del atentado, sino que también acompañó al atacante durante toda la tarde del jueves.
También, las autoridades detectaron otra mentira de la joven. En un reportaje a Crónica, Brenda aseguró que dejó de cobrar planes sociales porque le parecía deshonesto hacerlo. Una búsqueda en los sistemas oficiales reveló que nunca los había cobrado en un primer lugar.
De acuerdo a la declaración de testigos y al seguimiento de cámaras de seguridad públicas y privadas, los investigadores pudieron reconstruir los pasos que dio junto a Fernando la tarde del jueves. La pareja estuvo en el local de un reconocido tatuador del sur del conurbano bonaerense donde realizó un pago. Aparentemente, abonaron una seña para asegurar un tatuaje que uno de los dos se haría en los próximos días. No era la primera vez que Fernando visitaba el comercio, ya había estado en otras oportunidades para averiguar sobre precios y diseños.
El jueves, luego de ingresar a CABA, la pareja se subió alrededor de las 17:40 a un vagón de la línea C de subtes en Constitución y viajó hasta Diagonal Norte, la mega-estación que se encuentra bajo el Obelisco. Caminaron juntos, por momentos de la mano, rumbo a la calle Florida. Enfilaron hacia Tucumán y en esa intersección el rastro de ambos se volvió más difícil de seguir. Por eso los investigadores empezaron a pedir colaboración a los comercios de la zona para que aporten las filmaciones de la semana pasada.
El próximo registro de Fernando y Brenda ocurre en el barrio de Recoleta, a metros de la casa de Cristina Kirchner, alrededor de las 20. La vendedora de algodón de azúcar aparece en un video en el momento que la militancia atrapa a su pareja tras el intento de asesinato y lo retira del lugar. Ella pareciera hacerse la distraída y alejarse de la esquina rumbo a otra dirección.