El líder del Movimiento Evita, Fernando ‘Chino’ Navarro fue un paso más allá en las críticas del Frente de Todos por la represión de La Bonaerense en La Plata y responsabilizó directamente a Axel Kicillof.
«Los balazos y gases no son nuestro idioma. Kicillof, máxima autoridad provincial y a quien yo voté, debe dejar de mirar a otro lado y fijar un rumbo definitivo en Seguridad», escribió Navarro en una serie de tuits.
«Palos y gases a la gente, disparos a la prensa y un muerto en el partido Gimnasia vs Boca es algo inadmisible. Fallaron el gobierno provincial y el accionar de su policía», agregó el funcionario del gobierno nacional y líder del movimiento social más numeroso del país.
«Todos los que vamos a la cancha sabemos que lo que pasó ayer en La Plata, estuvo a nada de terminar en una tragedia de características históricas. Frente a esto, y lamentando a un muerto, no alcanza con el despido del jefe del operativo», cerró.
Las fuertes críticas tienen un contexto. Berni había lanzado en 2020 durísimas acusaciones sobre el Movimiento Evita y hasta había responsabilizado a sus dirigentes de promover la toma de tierras.
«Las tomas de tierra están promovidas por funcionarios de este gobierno», dijo el ministro de Seguridad de Axel Kicillof y apuntó directamente a Pérsico y Navarro. «Me hago cargo de lo que digo», aseguró en un canal de televisión.
Por esos días Pérsico era secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social; y Navarro estaba al frente de la secretaría de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete.
Anoche, La Bonaerense encaró una feroz represión en la cancha de Gimnasia. Hubo disparos de armas de fuego y gases. Un hincha de Gimnasia murió en medio de las corridas. Quienes intentaban reanimarlo no pudieron actuar porque la policía disparaba balas de goma sobre ellos.
En pocos minutos el bosque platense se convirtió en una zona de catástrofe. Padres corriendo con chicos en brazos. Personas mayores intentando buscar refugio donde podían. Los propios jugadores desesperados por saber el estado de sus familiares que estaban en la platea.