EL CAMPO EN RADIO EL MUNDO: “Hace 21 meses o prácticamente dos años que el precio de la miel para exportar ha subido sólo entre 10 y 20 pesos. Los insumos en cambio subieron más de un 350%”, dijo a Bichos de Campo Franco Bruno, un productor apícola de la localidad cordobesa de Melo que mantiene junto a un socio la marca “Abejas del Sur”.
EL CAMPO EN RADIO EL MUNDO: Las pocas estadísticas que rodean al sector apícola argentino dan cuenta de que más de la mitad de los que se dedican a la producción de miel tienen en paralelo otra actividad económica. Ese universo está conformado principalmente por pequeños productores que, a bajas escalas, no logran obtener una renta suficiente.
Ahora a ese escenario de base hay que sumarle que muchos apicultores alertan que la producción actual no podrá sostenerse por mucho más tiempo si el valor de la miel no logra actualizarse frente a la inflación y la escalada brutal del costo de los insumos básicos para esa actividad.
Franco enumeró que la bolsa de azúcar para alimentar a las abejas pasó de 2.000 pesos a 10.000. El tambor vacío para exportar la miel pasó de 2.500 pesos a entre 7.000 y 8.000 pesos. La caja de cera pasó de 5.000 pesos a 22.600 pesos. “Es una locura lo que aumenta todo. Y el precio de la miel en tambor para exportar está planchado”, lamentó.
-¿Cuánto estás recibiendo por la miel que vendés?- le preguntamos al productor.
-Nosotros exportamos todo. Nos pagan el precio de exportación que es de 330 pesos por kilo. El tambor de entre 310 y 315 kilos varía entre 90.000 y 105.000 pesos.
-¿Quién define el precio de la miel?
-Siempre nos preguntamos lo mismo. La disputa es entre exportadores y los proveedores intermediarios de esos exportadores. Lo que sabemos es que a nosotros nos tendrían que pagar por lo menos 500 pesos por kilo de miel.
Hay que recordar que en el consumo de miel en Argentina es muy bajo y se estima que el mercado interno absorbe entre las 10.000 y 15.000 toneladas anuales. El excedente, que históricamente se mantuvo entre las 55.000 y 70.000 toneladas, se exporta a otros destinos, siendo uno de los principales Estados Unidos.
-Todo lo compro acá. La desventaja que tenemos con el resto de los países de Latinoamérica es que a nosotros no nos devuelven el tambor. Cada año tenemos que seguir comprando tambores nuevos. Ahora encima se suma un dumping de exportación puesto por Estados Unidos, por lo que tenemos pisado el precio por eso también. Ese arancel depende de la exportadora a la que se la entrega, las hay con el 40% de arancel, con el 30% y así. Yo le vendo la miel a un comercializador que a su vez arregla con un exportador. La mayoría trabaja así.
-Respecto a la devolución del tambor, ¿a los demás países exportadores sí se los devuelven?
-Yo tengo colegas en Uruguay, Brasil y Chile que envían miel y luego reciben los tambores vacíos. Son de metal y adentro el tambor está enlozado para que no se ponga en mal estado. Por eso tienen un costo elevado.
-¿Cada cuánto comprás insumos? ¿Comprás mensualmente para correr contra la inflación o cómo te organizas?
-Yo vendo la miel y apenas término, el 70% lo invierto en insumos. Lo que me queda lo guardo para ir comprando lo que vaya a necesitar extra a lo largo del año.
-¿Qué capacidad productiva tiene Abejas del Sur?
-Yo soy de los que hace esto como una entrada secundaria. Estoy entre los 4.000 y 6.000 kilos de miel por año. El socio con el que trabajo exporta mucho más. Llega casi a los 50 tambores.
-La mayoría de los apicultores están subsistiendo y lo hacen porque el 60% lo tiene como entrada secundaria, no es que viven plenamente de la apicultura. Los apicultores grandes tienen tanta escala que venden la miel cuando sube el precio, tantean más. Tienen otro tipo de negocio obviamente por la gran escala.
-¿Cuánto más crees vos que podés seguir en esta situación?
-Si seguimos con un promedio de 100% de inflación y con insumos que van un 50% por arriba de esa inflación, creo que una temporada y media más podemos tirar con la misma producción. Después va a haber que buscar de otro lado para seguir sosteniendo esto. A eso se suma el socio que tenemos todos los productores que es la propia política, que siempre te saca en impuestos aún cuando te vaya mal.
-Y todo eso sin tener en cuenta las inclemencias del clima
-Claro. Este es uno de los años más secos. El néctar no sube a la flor. La nucleada es multiplicar la colmena y como está todo seco la abeja no va a buscar néctar ni polen, y la colmena no está fuerte. Eso se afecta el doble obviamente.