Se esperan dos pruebas clave: el resultado de la sangre humana encontrada en la vivienda familiar y la pericia de luminol en los autos que se habrían utilizado para el traslado del cuerpo.
El crimen de Cecilia Strzyzowski aún es un rompecabezas que aguarda un indicio clave para darle seguridad a que la joven de 29 años fue asesinada: la prueba de ADN sobre huesos calcinados encontrados en campo de los Sena para saber si son o no de ella, aunque eso recién se sabrá en cuatro o cinco semanas.
No obstante, hay otras pruebas clave que van a demorar mucho menos tiempo, incluso podría saberse esta semana, y que podría implicar a Emerenciano Sena, Marcela Acuña y el hijo de ambos, César.
Una es la prueba de rastros de sangre humana encontradas en un colchón y un mueble que estaban en el interior de la vivienda, a donde Cecilia entró el 2 de junio tal cual lo confirma una imagen de una cámara de seguridad, y que se intenta determinar también por cotejo de ADN si era de la joven o no.
Sería un indicio más que determinante para confirmaron que la joven fue asesinada en el interior de esa vivienda, a donde sí se la ve entrar pero nunca más salir. Luego está la otra prueba y que está vinculada con el traslado del cuerpo desde la casa al campo donde fue incinerada, y que se utilizó un vehículo en particular.
Es que de la imagen de la cámara de seguridad, prueba indubitable, la Toyota Hilux que conducía César Sena, el 2 de junio por la tarde la metió de culata en la cochera de la vivienda y luego salió de la misma: para los fiscales iba el cuerpo de Cecilia en la cajuela del vehículo.
Por eso se ordenó la semana pasada y el estudio se conocerá esta, la prueba de luminol en ese vehículo para saber si se encuentra rastro de sangre u otro genético que pueda dar el indicio que Cecilia fue transportada en ese mismo.
También se peritará el vehículo del confesó Gustavo Obregón, el empleado de la familia que se movilizó en otro auto a la par de César Sena, y colaboró en el ocultamiento del cuerpo.
