Ayer también se confirmó que los rastros hemáticos hallados en la casa de los dirigentes piqueteros pertenecían a la joven desaparecida el 2 de junio.
La investigación por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, peritos inspeccionaron ayer jueves la camioneta de César Sena y el auto de Gustavo Obregón, ambos señalados como los responsables de deshacerse del cuerpo de la víctima, según la reconstrucción que hizo el Equipo Fiscal Especial que intenta esclarecer el crimen. Las pericias arrojaron un dato relevante: en los vehículos se hallaron rastros de sangre.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que en el procedimiento, mediante el uso del reactivo Luminol, se detectaron en total 22 manchas hemáticas en la Toyota Hilux de César Sena y en el Citroën C4 de Obregón. Las muestras recolectadas ahora deberán ser analizadas para establecer, en primer lugar, si son humanas y, en según término, si se corresponden con el ADN de la joven que desapareció el 2 de junio.
El hallazgo se suma a la reciente confirmación de rastros de sangre de Cecilia en una habitación de la casa de los Sena y en el colchón y la parrilla de cama que habían sido regalados por el matrimonio piquetero a un vecino del barrio Emerenciano luego de la desaparición de la víctima.
Cabe recordar que Obregón, asistente del matrimonio de líderes piqueteros y quien se encuentra imputado por encubrimiento agravado, confesó ante los fiscales que él y César Sena se encargaron de descartar el cuerpo de Cecilia el mismo día que los investigadores sostienen que ocurrió el femicidio.
Para los fiscales Jorge Gómez, Jorge Cáceres Olivera y Nelia Velázquez, a Cecilia la mataron entre las 12.13 y las 13.03 del viernes 2 de junio en la vivienda de los Sena, en Santa María del Oro 1460. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran que, ese día, la Hilux en la que se trasladaban Emerenciano Sena y Marcela Acuña llegó al domicilio a las 12.16, es decir, apenas tres minutos después del después del horario en que se sospecha que Cecilia fue asesinada. César, en ese entonces, ya se encontraba en el interior de la propiedad junto a la víctima.
Según declaró Acuña, al llegar a su domicilio encontró a su hijo “nervioso”. “Me dirigí hacia la cocina y como lo vi de esa manera le dije de tomar un té y sentarme a hablar con él de lo que había sucedido con Cecilia y la pelea que él me había planteado. Pero en ese momento se largó a llorar”, dijo la mujer.
Hasta las 13.01 no hubo más movimientos en la casa de los Sena. En ese momento, se lo ve a César salir solo. A las 16.53, Emerenciano y Marcela Acuña salen de la casa. Exactamente cinco minutos más tarde, Obregón se hizo presente en el domicilio de Santa María de Oro: llegó a bordo de su Citröen. Para esa hora, de acuerdo a lo que declaró la mano derecha del clan y también la propia Acuña, la mujer le había enviado un mensaje diciendo que “había visto un cuerpo”.
Así lo contó Acuña: “Le mandé un mensaje a Gustavo Obregón solicitándole que vaya a ver lo que yo creí que había visto ahí en la casa y, específicamente, le puse la palabra ‘cuerpo’, que es lo que yo creí haber visto”, sostuvo y agregó que, mientras se dirigía a una actividad en la localidad de Barranqueras, recibió la confirmación por parte de Obregón “de que sí, era un cuerpo”.
Por otro lado, el procedimiento para deshacerse del cuerpo de Cecilia habría comenzado a las 19.27, “cuando César y Gustavo cargaron el cuerpo de Cecilia en la cajuela de la camioneta marca Hilux, color blanca, para luego dirigirse hacia ‘Campo Rossi’”, según lo que detallaron en el expediente judicial.
El propio Obregón, en su indagatoria, dio pie a esa versión, dijo que había visto un “bulto” que se cree que era el cadáver de la mujer dentro de la casa y que César le pidió: “Gusti, ayúdame a sacar esto, tenemos que ir al campo”, a una propiedad rural de los dirigentes sociales.
“Yo le contesto que no, porque estaba muy asustado y nervioso. Ahí César me dice: ´Bueno trae la basura que está atrás´”, agregó el colaborador de los Sena. En su relato, también contó que cargó bidones vacíos en su auto particular y que ayudó a César a colocar el bulto en la cajuela de la camioneta, algo que realizaron con “dificultad” ya que estaba “duro”.
Al campo de los Sena llegaron alrededor de las 20. “Teníamos un montón de leña apilada, en frente de una virgencita, que debe estar aproximadamente a 150 metros aproximadamente de la casa, hacia el fondo”, dijo Obregón y manifestó que ya César había apilado todo lo que llevó y comenzó a quemarlo.
Se quedaron unos 40 minutos supervisando el fuego. “Marcela me llamaba constantemente y yo le termino contestando por mensaje que estábamos saliendo del campo. Las llamadas de ella me entraban como perdidas, porque hay poca señal ahí”, indicó Obregón y relató que finalmente se fueron. Describió que esa noche, en ese lugar, del “fuego que estaba al rojo vivo” salía un “olor feo”.
De la misma manera, Obregón también aseguró haber participado en la desaparición y destrucción de las pertenencias de Cecilia, entre ellas, una valija que contenía ropa y objetos personales y el contenido de unas bolsas de nylon que fueron arrojadas en el Río Tragadero.