En medio de nuevas sanciones internacionales y denuncias de fraude, Nicolás Maduro reafirma su permanencia en el poder, con un discurso cargado de nacionalismo y promesas de resistencia ante la presión extranjera.
En un contexto de crecientes tensiones internacionales, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, volvió a manifestar su postura desafiante ante las sanciones impuestas por Estados Unidos a 21 altos funcionarios de su régimen. Durante un acto oficial transmitido por el canal estatal VTV, Maduro aseguró que estas medidas, que buscan castigar la represión y el presunto fraude electoral, no lograrán debilitar su gobierno ni su agenda política.
“He ordenado la creación de una condecoración especial llamada Victoria de Ayacucho, para honrar a los compañeros agredidos por estas sanciones injustas”, declaró Maduro, al referirse a los ministros y militares sancionados. La medida busca simbolizar la resistencia de su gobierno ante lo que considera una intromisión en la soberanía venezolana.
En su discurso, el actual mandatario enfatizó el carácter “popular, militar y policial” de su administración, asegurando que el bastón de mando, símbolo de su autoridad, permanecerá en sus manos para liderar la “revolución bolivariana del siglo XXI”. Además, usó términos despectivos, como “patarucos vendepatrias”, para referirse a sus opositores, reafirmando su estilo confrontativo.
El evento también sirvió para celebrar el aniversario 104 de la Aviación Militar y recordar un intento de golpe de Estado liderado por militares chavistas hace 32 años. Con referencias a la historia de la independencia y un tono de desafío, Maduro habló de “su compromiso de defender la soberanía del país frente a las presiones externas”.
Denuncias de fraude y rechazo internacional
Las elecciones presidenciales de julio, en las que Maduro fue declarado vencedor, siguen siendo un foco de controversia. La oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, sostiene que el proceso estuvo plagado de irregularidades y que los resultados fueron manipulados. González Urrutia, actualmente asilado en España, afirmó que regresará a Caracas para asumir su mandato en enero, lo que anticipa un posible choque político.
Por su parte, la comunidad internacional, incluyendo a países de América y Europa, se ha negado a reconocer la victoria de Maduro. Sin embargo, el mandatario cuenta con el respaldo de aliados estratégicos como Rusia, China, Irán y Cuba, quienes lo apoyan en su esfuerzo por mantener el control político y económico de Venezuela.
En otro tramo de su intervención, Maduro destacó la capacidad militar de su gobierno, citando como ejemplo la operatividad de una flota de aviones F16 pese al embargo de armas impuesto por Estados Unidos. Según el presidente, estos aviones son un símbolo de la resistencia venezolana y están preparados para defender el espacio aéreo nacional.
A nivel económico, las sanciones siguen siendo un desafío significativo para el chavismo, ya que limitan el acceso del país a los mercados internacionales y dificultan la recuperación económica. Sin embargo, Maduro insiste en que su modelo político y social no será alterado por presiones externas.
