Acusado por estafa y administración fraudulenta, José Raúl González fue sentenciado a tres años y medio de prisión tras haber usado con otros fines el dinero que era para «Nacho», quien murió en 2020.
Tras un juicio que generó conmoción por el tenor del delito, un tribunal de Salta condenó a un padre que compró una casa y un auto con las donaciones que había recibido para tratar el cáncer que padecía su hijo, quien falleció en 2020 sin recibir dicha terapia. José Raúl González fue sentenciado a tres años y medio de prisión domiciliaria por los delitos de estafa y administración fraudulenta.
La historia estremecedora que llegó a la Justicia fue protagonizada por el hombre a cargo de «Nacho», un adolescente que sufría de leucemia linfoblástica aguda, por lo que requería someterse a un tratamiento en Estados Unidos, según había revelado González a iniciar la colecta un año antes del fallecimiento del menor. Así reunió USD 20.000 para poder viajar al país norteamericano.
Pero esas donaciones -que se difundieron a gran escala cuando Nacho tenía 14 año- no se usaron para lo prometido. En 2020, la enfermedad avanzó con velocidad y produjo la muerte del joven en medio de la pandemia y sin haberse producido el trasladado al exterior para su atención.
Luego de la terrible pérdida, María Soledad Serrano, expareja del acusado y madre del adolescente, realizó la denuncia judicial en 2021. Según trascendió, el joven le había pedido a su mamá que investigue a su papá por el paradero del dinero recolectado.
Con el tiempo, las operaciones se pudieron constatar a través de informes bancarios y testimonios, en los que se dio cuenta de que el condenado había retirado $1.000.000.
La Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC), a cargo de la fiscal Ana Inés Salinas Odorisio, probó que el 22 de mayo de 2020 González compró una casa en el barrio Santa Ana I de Salta y, además, realizó la cesión de derechos para su nueva pareja, Natalia Cuadri. También se ratificó la compra de un auto días previos a la muerte de Nacho, en junio de 2020.
«Mi hijo me dio las pruebas de lo que su papá había hecho. Él sabía todo. No quería que su padre lo fuera a ver al hospital», reveló Serrano en diálogo con TN, luego de relatar que les rechazaron la VISA en la Embajada de Estados Unidos por el antecedente de una denuncia por violencia de género.
La mujer contó que había estado más de una década con el imputado y que formaron una familia integrada por cuatro hijos, pero que era «una persona violenta, impulsiva y agresiva». Mientras se desarrollaba el caso en la Justicia, recordó públicamente episodios que derivaron en la mencionada denuncia por violencia en 2014. Dos años después, se separaron, y en ese contexto hicieron frente a la enfermedad de «Nacho».