Los reclamos salariales de los trabajadores estatales de Misiones tocaron el punto máximo de tensión esta madrugada cuando se sumaron los policías y se acuartelaron en un edificio de Posadas.
Los reclamos de los estatales misioneros vienen desde hace días de parte de los docentes, que además de los paros cortaron rutas y avenidas. El ruido de los maestros arrastró primero a los trabajadores de la Salud y en las últimas horas sumó a la policía, lo que da cuenta de una situación muy delicada para el gobierno de Hugo Passalacqua.
Esta madrugada efectivos de la Policía de Misiones iniciaron una protesta frente al edificio del Comando Radioeléctrico, ubicado sobre la Avenida Uruguay de Posadas. Esta mañana la circulación seguía interrumpida y el edificio tomado de manera pacífica.
Fuentes de la provincia advierten que muchos policías de otras localidades se estaban sumando a la protesta y que muchas calles están desprotegidas, aunque en el gobierno aseguran que la actividad es normal y que la protesta es mayormente de retirados.
La Justicia provincial ordenó esta mañana que se desaloje el edificio del Comando Radioeléctrico (ubicado en el centro de Posadas) y pidió colaboración a Gendarmería para llevar adelante la tarea. Según trascendió, a los involucrados se los investiga por el delito de sedición.
Los manifestantes dicen que desde hace semanas están presentando pedidos formales al gobierno para que haya mejoras salariales, pero no hubo avances y el lunes se disolvió una mesa de diálogo. Los policías, como los docentes y los profesionales de la salud, reclaman un aumento del 100% en sus salarios.
La tensión en la protesta policial se elevó porque al lugar se acercaron también docentes y trabajadores de la salud. Al mismo tiempo, seguían los cortes de los maestros en otros puntos de la provincia como las rutas 12 y 14.
El jueves también hubo máxima tensión con un grupo de docentes autoconvocados que realizó una numerosa movilización hacia la Legislatura y tras momentos de mucha tensión con la seguridad terminó irrumpiendo en el edificio, obligando a que se suspenda una sesión.