Claudio Pontoriero fue arrestado este viernes bajo sospecha de apropiarse de fondos procedentes de allanamientos a bandas narcotraficantes.
En un audio filtrado, un efectivo de la Departamental de Drogas Ilícitas de Mar Del Plata explica su frustración después de un allanamiento a una banda narco. “La idea era dividir entre nosotros cuatro, al final tuvimos que repartir para el Bati y para el jefe, que nos exigió”, lamentó.
Este audio llegó al fiscal Marcos Pagella, quien previamente había ordenado la detención del comisario mayor José Luis Segovia, jefe de la Policía de Mar del Plata, por múltiples delitos. Utilizando varias pruebas, el fiscal obtuvo la aprobación del Juzgado de Garantías para allanar la delegación y arrestar a su sucesor, el comisario mayor Carlos Pontoriero, quien había asumido el cargo recientemente.
El viernes por la mañana, la sede en la calle Mitre 2700 fue allanada bajo la sospecha inicial de un ilícito, pero el descubrimiento de una valija conteniendo $650.000 llevó a la detención de Pontoriero. La acusación indica que los efectivos, incluido el jefe, se quedaban con dinero de los allanamientos realizados a bandas narcotraficantes.
Estos son algunos de los delitos que está investigando el Ministerio Público Fiscal. Otro proviene de una denuncia anónima recibida por Asuntos Internos de la Bonaerense, que acusa a los superiores de apropiarse indebidamente de horas CORES (Compensación por Recargo de Servicio), un beneficio adicional pagado por el Ministerio de Seguridad.
Según la denuncia, el denunciante anónimo, presuntamente un efectivo afectado por estas prácticas, describió cómo la jefatura exigía al personal policial que “donara” el 60% de lo percibido bajo amenaza de sanciones y traslados. A su vez, la recolección del dinero en efectivo seguía reglas claras: debía realizarse el mismo día del cobro, en efectivo, y “no se acepta transferencia ni demora en la entrega del dinero”. “Al que no le guste lo traslado, o peor aún, no trabaja más para la Policía”, destaca el fiscal en el pedido de allanamiento, frase atribuida al comisario mayor Pontoriero.
En un nuevo giro del escándalo en Mar del Plata, el comisario mayor Pontoriero enfrenta acusaciones graves, entre ellas asociación ilícita, tras un allanamiento que reveló una presunta operación de desvíos de fondos obtenidos en allanamientos a bandas narcotraficantes.
El denunciante proporcionó audios que detallan cómo se realizaba la operación, incluyendo instrucciones específicas del subcomisario Battistessa sobre cómo manejar el dinero secuestrado y distraer a los testigos.
Una de las escuchas dura dos minutos. En este, el oficial que se identifica como “Leo” cuenta lo que le dijo el subcomisario, a quien llama “Bati”. “Leo, bueno ahí el jefe dijo que estaba todo bien, fíjate qué podés rescatar… digo ‘Bati, no puedo rescatar mucho’ porque estábamos delante de los testigos y el Jefe nos hizo sacar toda la plata y ponerla arriba del escritorio, o sea una estupidez. Y así que los fajos no se pueden bajar mucho tampoco…”.
En otro de los mensajes, el oficial que se identifica como “Leo” cuenta lo que le dijo el subcomisario al que llama “Bati”, por Cristian Battistessa. “Y bueno me dijo, de lo que pueda rescatar tené en cuenta que Mariana estuvo a cargo el domicilio para y escribir el acta también, y también le va a tener que tirar algo al jefe porque él la autoriza a hacer esto, pero hay que dejarle algo”.
Un caso emblemático fue un allanamiento realizado en junio pasado en un departamento de la ciudad, donde se confiscaron 325 gramos de cocaína y $1.496.000. El detenido ese día afirmó tener aproximadamente 2 millones de pesos guardados en un bolso Luis Vuitton. Recientemente, se descubrió una valija en la oficina privada del comisario con $650.000, fortaleciendo la sospecha de un esquema organizado de recaudación ilícita.
Este escándalo sucede poco después de la detención del comisario mayor José Luis Segovia, también acusado de liderar una organización delictiva dentro de la policía local. Segovia enfrenta cargos por exigir parte del botín a delincuentes, manipular pruebas y proteger a arbolitos de la avenida Luro a cambio de pagos.
En su despacho no se encontró dinero, pero se destacó la presencia de un sillón masajeador que cuesta 6 mil dólares y se halló un millón de pesos en su casa, guardado de manera menos ostentosa: estaban dentro de una bolsa de consorcio.