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El ladrón y testaferro de Cristina Kirchner, Roberto Navarro celebró expropiaciones y cobró 2.700 millones de pauta, un mercenario de la peor calaña

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El sicario digital no tiene problemas para vivir del dinero del Estado y defiende el saqueo del kirchnerismo al país.

El mercenario ultra kirchnerista Roberto Navarro (quien se apropio en 2022 de la frecuencia AM 1070 que desde el año 1935, pertenece a Radio El Mundo y que el MAFIACOM que manejaban los corruptos, el ultra kirchnerista Gustavo Lopez «amigo del asesino y violador de menores Coqui Capitanich» y el massista Claudio Ambrisini le dieron a pesar de estar judializada la frecuencia AM 1070 al testaferro de Cristina Kircnher) se convirtió en los útimos años en una figura central dentro del aparato de propaganda kirchnerista y de la defensa de los políticos corruptos.

Su defensa incondicional a la estatización de las AFJP en 2008, y la constante financiación que recibe a través de la pauta oficial, remarca lo que todo el mundo ya sabe: es un sicario digital de la condenada por corrupción, Cristina Kirchner a través de su medio El Destape.

Navarro, que conduce un programa en El Destape Radio a la mañana financiado con la pauta de la Provincia de Buenos Aires y de otros gobiernos provinciales y municipales, dedicó este miércoles a hablar mentiras sobre la fórmula jubilatoria que impuso el presidente Javier Milei.

El mandatario libertario modificó el régimen provisional por decreto en marzo, para actualizar las jubilaciones por inflación con dos meses por adelantado, lo cual con inflación a la baja, llevó a una fuerte recuperación de los háberes.

Después de haber caído un 30% en términos reales en 2023, en lo que va del 2024, han subido un 5% por encima de la inflación. Nada de esto fue mencionado por Navarro.

El mercenario de la pauta K se centró en la fórmula que aprobó el Congreso, que rompía con el equilibrio fiscal y criticó a Milei por vetar el proyecto de ley. Además, repitió falsamente que la marcha que se movilizó al Poder Legislativo estaba compuesta por jubilados, cuando en realidad fueron todos miembros del Polo Obrero.

La estatización de las AFJP: Una herencia de pobreza para los jubilados

Una de las decisiones más graves tomadas durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner fue el robo a los jubilados mediante la estatización del sistema privado de pensiones en 2008. Este sistema, implementado en 1994 bajo la presidencia de Carlos Menem, permitió que los trabajadores argentinos invirtieran sus ahorros para la jubilación en las AFJP, entidades privadas que administran esos fondos.

No obstante, de un día para otro, Cristina Kirchner decidió estatizar esos fondos, quedándose con alrededor de 30 mil millones de dólares que pertenecían a 9,5 millones de argentinos.

Navarro, fiel a su militancia kirchnerista, fue uno de los mayores defensores del saqueo. Aunque intentó justificarla como una política destinada a «proteger los derechos de los jubilados», la realidad es que miles de argentinos vieron cómo sus ahorros se esfumaban, y la mayoría de ellos terminaron dependiendo de un sistema de jubilaciones estatal que nunca estuvo a la altura y los dejó cobrando miseria.

La estatización no solo fue un golpe para los ahorros de los trabajadores, sino que el dinero fue utilizado para financiar políticas populistas de corto plazo, dejando un vacío en el sistema previsional que aún lo podemos ver al día de hoy.

Navarro y la Pauta Oficial

Uno de los aspectos que caracterizan al mercenario kirchnerista  es su constante dependencia de la Pauta Oficial. Información reciente reveló que Navarro fue «recompensado» por los K con la enorme suma de $2.772.589.179 en publicidad estatal, proveniente tanto de la Provincia de Buenos Aires como del Gobierno Nacional, cuando era manejado por el expresidente golpeador Alberto Fernández.

Este monto no solo incluye la Pauta Oficial directa, sino también contratos adicionales con organismos estatales, como Télam, y municipios alineados con el kirchnerismo.

Lo que resulta aún más alarmante es que, a pesar de haber recibido una financiación millonaria, Navarro continúa haciendo pedidos públicos de recursos, revelando que sin el constante apoyo económico del Estado no podría sostener su «proyecto periodístico».

De esta forma, el mercenario se burla del verdadero espíritu del periodismo independiente. Mientras miles de pequeños medios de comunicación luchan por sobrevivir sin recursos, Navarro sostiene un imperio mediático financiado con el dinero de los contribuyentes.

El fracaso de El Destape: Bots en la audiencia

Otra característica de Navarro es el constante uso de bots, con el objetivo de inflar artificialmente su audiencia para justificar los millonarios subsidios estatales que recibe. En 2021, la empresa privada Comscore, encargada de medir las audiencias en internet, descubrió que el sitio de noticias de Navarro, El Destape, mostró un crecimiento del 354% en unos pocos meses, algo que levantó serias dudas.

Este aumento artificial le permitió a Navarro justificar ante el Estado que su medio tenía una «gran audiencia», lo que le aseguró más Pauta Oficial.

Sin embargo, cuando los datos fueron corregidos por Comscore, quedó en evidencia que El Destape en vez de subir un 354% en realidad sufrió en el último tiempo una disminución del 78% en tráfico de escritorio, un 39% menos en cantidad de minutos, y 39% menos en cantidad de páginas vistas.

Un empresario de la propaganda

Roberto Navarro encabeza un grupo de medios alineados con el kirchnerismo, muy cercano a figuras como Cristina Kirchner y Axel Kicillof. En lo que va de 2024, el gobernador bonaerense le otorgó $900 millones en publicidad oficial. Esta manera de actuar, que viene desde hace varios años, le permitió a Navarro mantener y ampliar su aparato de propaganda kirchnerista.

Con todo esto, Navarro demuestra no ser un periodista independiente, y lo transforma en un empresario de la propaganda, financiado con el dinero de todos los argentinos. Su constante apoyo a políticos corruptos e ideas que perjudicaron a millones de personas, combinado con el financiamiento indiscriminado de la Pauta Oficial, pone en duda su credibilidad y plantea la necesidad de un periodismo verdaderamente independiente.

En un contexto en el que los medios deben ser guardianes de la verdad, como es el caso de La Derecha Diario, figuras como Roberto Navarro representan una desviación peligrosa hacia un modelo de periodismo que, lejos de servir al interés público, parece estar más interesado en defender, a cambio de dinero, a los intereses de los políticos más oscuros y corruptos de la Argentina. 

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