Durante el homenaje que se realizó en el Polideportivo Municipal de Ensenada, con el lema «A 48 años del fallecimiento de Perón: Argentina, política y economía», la vicepresidenta negó que esté a favor de eliminar los planes sociales y reclamó “comenzar a discutir” la implementación de “un ingreso universal básico”.
Fernández dijo además que “le gusta escuchar a todos» y que si la convencen es capaz de «cambiar”, al referirse a su encuentro con el economista Carlos Melconian, con quien aseguró haber analizado “el problema bimonetario” de la economía argentina.
“No soy una apologista del déficit fiscal, pero esa no es la causa de todos los problemas. Tenemos que encontrar la solución al problema de las corridas cambiarias, que se producen por la escasez de dólares”, apuntó la vicepresidenta. Y remarcó: “la situación de Argentina es muy grave” por el endeudamiento que tiene, y aseguró que está dispuesta a “juntarse con todos porque no renuncia a convencer”.
“Hay un deporte de hacerme decir cosas que no digo. Después de mi discurso de Avellaneda dijeron que quería terminar con los planes sociales. Recuerden que fue nuestro gobierno el que implementó la Asignación Universal por Hijo (AUH)”, señaló Fernández de Kirchner.
En esa línea dijo que “son las mujeres las que trabajan en los comedores y revuelven la olla”, al considerar que “no se puede fungir como movimiento social y defenderse como un partido político ante las críticas”, y reclamó “comenzar a discutir” la implementación de “un ingreso universal básico”.
«A la gente hay que persuadirla con hechos”, aseguró además la expresidenta al citar a Juan Domingo Perón durante una disertación en la Ensenada.
Consideró también que “la realidad se cambia desde el Estado” como hizo Juan Domingo Perón, y afirmó que “hay sindicatos fuertes cuando hay políticas públicas”.
El acto tuvi lugar en el Polideportivo Municipal de Ensenada bajo el lema: «A 48 años del fallecimiento de Perón: Argentina, política y economía». Participó también el intendente local, Mario Secco.
Perón falleció el 1° de julio de 1974 en la Quinta de Olivos -a meses de haber asumido su tercer mandato presidencial en octubre de 1973-, como consecuencia de un paro cardíaco derivado de la cardiopatía isquémica crónica.
Lo sucedió su esposa, la vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, quien fue derrocada por un golpe de Estado el 24 de marzo de 1976.