La empresa estatal confirmó que fue un despido con causa, al sostener que «ha comprobado con creces» su rol en el episodio intimidatorio que la mantiene detenida.
Daniela Carbone, la azafata detenida por considerarse la autora de las amenazas de bomba contra un vuelo que partía de Ezeiza rumbo a Miami, fue echada de Aerolíneas Argentinas. Fuentes de la empresa estatal le confirmaron a Clarín la decisión que fue ejecutada como un despido con causa, al sostener que dieron por cierto su involucramiento en el episodio que le generó altos costos a la firma.
«La empresa ha corroborado con creces su participación directa / indirectamente (involucrando a su hija en ello) en la referida amenaza de bomba, la cual causó severos perjuicios económicos y reputacionales a la empresa, además del mal momento que le hizo pasar a pasajeros y a la tripulación presente (causándole también daños por pérdidas de combinaciones o por las demoras ocasionadas)», reza el telegrama que Aerolíneas le envió a Carbone para formalizar su desvinculación.
Carbone, de 47 años, lleva 15 días detenida en la sede de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Este martes vence el plazo para que el juez federal N° 2 de Lomas de Zamora, Federico Villena, resuelva la causa.
Aerolíneas Argentinas es tenida como parte querellante en la causa por «Intimidación Pública y Entorpecimiento de Servicios Públicos». Además, ella está imputada por el delito de «coacción agravada».
La mujer tenía casi un cuarto de siglo en la compañía, en la que era una referencia. En la comunicación del despido, la empresa detalló que el episodio se ve agravado por los 24 años de antigüedad y por haber sido durante más de 14 años instructora de vuelo.
«Claramente conocía todos y cada uno de los protocolos de la empresa correspondientes para el caso de amenaza de bomba», reza el telegrama, que remarca que ella misma es quien «instruyó al personal» sobre esos mismos procedimientos ante la urgencia y «lo que se debe hacer si cualquier persona menciona la palabra ‘bomba'».
Y concluye: «Sabía perfectamente los daños que el mensaje de audio enviado le iba a generar a la empresa».
La amenaza de la azafata y su futuro
En el mensaje que envió el domingo 21 de mayo antes de la partida del Airbus A330 con destino a Miami, prevista para las 7.35, Carbone sostuvo: «Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos».
Si bien distorsionó su voz, los investigadores dieron con el origen de la amenaza. Finalmente, una semana después del mensaje y del operativo de emergencia para preservar a los 270 pasajeros y 12 tripulantes que viajaban en la aeronave, la azafata fue detenida el domingo 28 de mayo cuando llegó a Ezeiza en otro vuelo desde Miami.
Un ataque de celos habría impulsado a Carbone a hacer la amenaza, ya que en el avión iba su expareja -también tripulante- junto con su nueva pareja, una compañera de trabajo que se trasladaba como pasajera para pasar algunos días en Miami.
Este martes, con el vencimiento de los 10 días hábiles posteriores a la declaración indagatoria, el juez Villena debe resolver cómo seguirá la situación de la ahora exazafata. El procesamiento podría ser con el goce de libertad hasta el momento del juicio o con prisión preventiva, en un penal o con domiciliaria.
El abanico de posibilidades también comprende formalmente el sobreseimiento o la falta mérito, acciones que parecen tener menos probabilidad, habida cuenta de la decisión de la empresa de avanzar con el despido.
Los delitos que se le imputan pueden tener una condena de hasta seis años de prisión.