El empresario viajaba junto a su chofer, Vladimir. Tenía agendada una reunión con Jorge Messi, padre y representante del astro de fútbol.
Constancio C. Vigil con su esposa, Liliana Pata.
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Vigil era un hombre muy activo todavía a sus 86 años. Semanas antes de este viaje había jugado un torneo de golf, según contó su hijo Constancio a Infobae.
Veinte años atrás había sido sometido a una operación de bypass. Y en 2022 había sufrido un arritmia.
Llevaba el mismo nombre que su abuelo, el mítico creador en 2018 de Editorial Atlántida y prolífico autor de libros infantiles. Sólo se diferenciaba por el segundo nombre, Cecilio en el caso del abuelo, Carlos el suyo.
Constancio Carlos Vigil nació el 22 de diciembre de 1936. Desde 1954 fue parte de la emblemática Editorial Atlántida, la empresa familiar dedicada a la publicación de libros y revistas. Fue director ejecutivo de varias publicaciones, entre ellas, del semanario deportivo El Gráfico.
Junto a su hijo Constancio.
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Cuando la editorial se diversificó, en los 70, adquiriendo parte de Canal 13, fue director ejecutivo de programación, técnica y operaciones de la señal televisiva. Más adelante, repetiría su experiencia con Telefé.
Un par de años atrás, Vigil había decidido radicarse de modo definitivo en Uruguay, en Punta del Este, donde acostumbraba a veranear. De hecho, su padre y su abuelo eran uruguayos, pero éste último se radicó en Buenos Aires en 1908 cuando tuvo que dejar su país por motivos políticos.
Constancio C. Vigil tenía seis hijos y diez nietos. Una de sus hijas, Romina, murió de leucemia a los 18 años.
Ya octogenario, el empresario decidió volver a empezar, y junto con su esposa, Liliana Pata, agrandaron la familia con dos pequeños: Emma Celeste, nacida en septiembre de 2020, y Carlos, en junio de 2022.
Sus hijos mayores eran: Constancio (59), Pilar (58), Mary (56) y Pablo (52).
En enero pasado, Vigil fue entrevistado por el periodista Pablo Sirvén, de La Nación, que le preguntó “¿Por qué dos bebés ahora?”, y la respuesta del empresario fue: “El razonamiento mío es que tengo 86 años. Pensé que Emma, en algún momento, seguramente se va a quedar sola sin papá y sin mamá. Por eso buscamos un hermano para que entre los dos se ayuden y no estén solos en el mundo”.
Entre los motivos por los cuales se instaló en Uruguay, citaba la inseguridad y la presión impositiva. En la citada entrevista con Sirvén, decía: “La Argentina es un país inconcebible, tiene de todo. Está habitada por gente a la que no le gusta trabajar. Es una tragedia esto. Suponiendo que se ponga bien no va a encontrar, como se encontraba antes, gente muy talentosa. ¿Por qué? Porque la mayoría de la gente no estudia”. También se declaraba “defensor brutal del campo, porque en la Argentina es lo único que realmente funciona bien, no hay nadie que nos gane”.
Pese a esta visión negativa del panorama nacional, su hijo asegura que tenía deseos de volver a la Argentina, cuando terminase “el desorden político”, porque extrañaba. En su casa en el country Buenos Aires, tenía varias casas más chicas para cada uno de sus hijos.
Un joven Constancio C. Vigil, junto a uno de sus hijos.
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