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Prisión preventiva para el delincuente acusado de matar al ingeniero Barbieri en Palermo

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El criminal de 29 años continuará detenido por el crimen. Se trata de Isaías José Suárez, a quien la jueza de la causa, Yamile Susana Bernan, procesó esta tarde como autor de homicidio agravado.

El delincuente de 29 años seguirá detenido con prisión preventiva como acusado del crimen de Mariano Barbieri, el ingeniero civil atacado de una puñalada en un robo el 30 de agosto en los bosques del barrio porteño de Palermo y que se desplomó y murió en una heladería a la que fue a pedir ayuda, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de Isaías José Suárez (29), a quien la jueza de la causa, Yamile Susana Bernan, procesó esta tarde como autor de “homicidio agravado por haber sido perpetrado para consumar otro delito (criminis causae) y robo agravado por su comisión con armas, ambos en concurso real entre sí”.

En el mismo fallo, de 38 páginas y al que accedió Télam, la magistrada le trabó a Suárez un embargo de 60 millones de pesos sobre sus bienes, al tiempo que sobreseyó a un segundo sospechoso que había sido apresado al comienzo de la investigación.

Para la jueza, «para apoderarse del teléfono de la víctima, Suárez la atacó por sorpresa, en horario nocturno, y sin mediar palabras le propinó una puñalada en el pecho que le provocó las lesiones que condujeron a su muerte».

Según Bernan, «no puede soslayarse el alto grado de violencia que el imputado desplegó para cometer el evento investigado, que amerita mantenerlo privado de su libertad».

Respecto a la mecánica del hecho, la magistrada consideró que «no existió un amedrentamiento previo a la víctima para conseguir que le entregase el teléfono, ni tampoco comenzó intentando arrebatárselo por la fuerza, sin recurrir al cuchillo que llevaba, sino que, sin mediar palabra, y aprovechando que Barbieri se encontraba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas y desprevenido, le propinó directamente la puñalada letal en el pecho».

Entre las pruebas valoradas, Bernan destacó que, «al momento de ser detenido, Suárez llevaba puesta una gorra y bufanda (esta última con rastros de sangre humana) de idénticas características a aquellas que vestía la persona que surge de las imágenes fílmicas».

Además, señaló que, al ser examinado tras su captura, el acusado presentaba «lesiones en sus manos, hombros, pecho y espalda, compatibles con la pelea descripta» por un testigo presencial del asalto a Barbieri y que la data de las mismas era «concomitante al día del hecho».

A su vez, la jueza también recordó los antecedentes penales de Suárez, quien «registra seis condenas en un plazo menor a diez años y fue declarado reincidente en cinco ocasiones».

El crimen de Barbieri fue cometido cerca de las 22.45 de la noche del 30 de agosto pasado, cuando salió de la casa de un amigo en la que circunstancialmente ese día paraba y se encaminó hacia el Parque Tres de Febrero para ver la luna llena, según dijeron sus allegados.

En esas circunstancias fue abordado por un delincuente armado con un cuchillo tipo «Tramontina» que lo apuñaló en medio de un forcejeo para robarle el teléfono celular con el que huyó y que hasta ahora no fue encontrado.

Barbieri, herido, logró cruzar avenida Del Liberador e ingresar a una heladería situada en la esquina con la calle Lafinur, donde frente a empleados y clientes se desplomó luego de decir «No me quiero morir» y pedir a uno de los presentes que por una red social le avisara a un familiar lo que le había pasado.

Tras la llegada de una ambulancia, el ingeniero fue trasladado al Hospital Fernández, donde murió a raíz de la lesión punzante, que le afectó el corazón.

En base al análisis de las cámaras de seguridad de la ciudad y particulares, y a la declaración de un testigo del ataque que paseaba a su perro por el parque cuando vio que apuñalaban a Barbieri, los investigadores lograron identificar y detener a Suárez el lunes 4 de septiembre en el interior del Barrio 31 de Retiro.

Ese hombre fue reconocido por un testigo en una rueda de presos como la persona que escapó del lugar del homicidio, pero al ser indagado por la jueza Bernan negó haber cometido el hecho, según fuentes judiciales.

Los investigadores reconstruyeron con al menos 15 cámaras el recorrido que en 56 minutos hizo el presunto homicida para llegar a la escena del crimen y huir de ella rumbo al Barrio 31 de Retiro.

Además, un testigo de identidad reservada reveló que al llegar al Barrio 31, el ahora detenido se jactó de haberle dado «un puntazo» a la víctima para robarle el celular.

«Me mandé una cagada, uno se me paró de manos, se trabó y luchó», le dijo el sospechoso a esa persona, según lo que reconstruyó la Justicia.

Por otro lado, el viernes pasado, la familia del ingeniero encabezó una marcha para pedir justicia por el crimen y por todas las víctimas de violencia, bajo el lema «No me quiero morir», en referencia a las últimas palabras que pronunció Barbieri antes de desplomarse en el interior de la heladería a la que entró para pedir ayuda.

Esta movilización se llevó a cabo en la esquina de avenida Del Libertador y Lafinur, frente a la plaza en donde Barbieri fue asaltado, y al frente de los manifestantes estuvieron su esposa Maricel, su hermano Fernando y su padre Carlos, rodeados de otros parientes y amigos.

La mayoría de los presentes llevó en sus manos una hoja con la frase «#No me quiero morir» y velas, mientras que se leyó un documento con palabras alusivas a la víctima y un pedido a la autoridades políticas, judiciales y policiales en reclamo de mayor seguridad.

 

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